calor
Usualmente se toma como masculino (el calor), aunque algunos diccionarios marcan en género como ambiguo, y en algunas zonas suele atribuírsele género femenino (*la calor), pero esta forma se considera propia del lenguaje rústico. El español medieval y clásico comúnmente usaba la calor, pero hoy en día su uso es poco frecuente, fuera del habla coloquial en algunas regiones de Hispanoamérica.